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Exposición del Catecismo Menor de Westminster (Día del Señor: Pregunta 2)

Catecismo Menor de Westminster: Exposición Dominical

Pregunta °2:

P. ¿Qué norma ha dado Dios para enseñarnos cómo podemos glorificarle y gozar de él?

R. La Palabra de Dios que está contenida en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, es la única norma para enseñarnos cómo podemos glorificarle y gozar de él.

Exposición

Antes de poder exponer que sólo por medio de la Palabra de Dios podemos aprender a glorificarle y gozar de Él correctamente, debemos disertar un poco sobre cómo podemos determinar cuál es la verdadera Palabra de Dios.

(1) El poder de la conciencia

La Biblia nos revela que Dios creó al hombre a su imagen (Gén. 1:26), por lo cual cada ser humano tiene en sí una percepción de Dios, un concepto. El ser humano es religioso por naturaleza, porque Dios creó al ser humano para que le adorara. Asimismo, la Biblia nos revela que Dios imprimió su ley en los corazones de los seres humanos (Rom. 2:14-15), dándoles de este modo una revelación «inmediata» o carente de medios, por la cual cada ser humano es capaz de discernir entre el bien y el mal en cierta manera.

Posterior a la caída, esta imagen de Dios, y esta ley impresa en el corazón, quedaron ofuscadas por el pecado (Gén. 6:5), por lo que el discernimiento humano entre el bien y el mal no es perfecto. Por esto, Dios decidió revelarse de una manera especial, hablándole al ser humano y revelándole de forma detallada su ley. Por esto, en teología distinguimos entre dos tipos de revelación, la general y la especial. Dios se revela generalmente por medio de la luz de la naturaleza, sus obras y en su ley implícita en el corazón humano. Por otro lado, se revela especialmente por la comunicación particular referente a algo. También a través de milagros, señales, sueños, visiones, por su propia voz, etc. Lo que Dios quería revelar para el bien de su pueblo quedó contenido en las Sagradas Escrituras, en las que, Dios, impulsando a sus profetas y escogidos, llevó a escribir y dejar todo lo necesario referente a la salvación y el plan de salvación que se propuso en su perfecta voluntad.

(2) El papel de la revelación especial y la comprensión del único Dios

Por lo tanto, podemos comprender que la verdadera Palabra de Dios es una revelada por el único Dios verdadero. Pero ¿cómo sabemos cuál es el único Dios verdadero? Primero, por la luz de la naturaleza y la revelación general podemos entender que hay un solo Dios verdadero, y Segundo, por medio de la revelación especial podemos comprender cómo es que ese Dios quiere ser adorado, y qué es lo que precisa de nosotros. Al entender naturalmente que existe un Dios, seremos llevados a entender especialmente lo que ese único Dios requiere de nosotros. Pero finalmente, en última instancia, el poder de convencimiento y del reconocimiento del único Dios proviene de su Espíritu Santo, quien es el que convence al mundo de justicia, juicio y pecado.

Las Escrituras contienen toda la verdad. Ellas son verdad en sí mismas, al ser las propias palabras de Dios. Por lo tanto, esta revelación especial de Dios posee un poder particular. Sin embargo, solo podemos ser convencidos por ellas si el Espíritu Santo nos convence. Es el Espíritu Santo el que nos da la certeza de que la Biblia es verdad, pues nadie puede llamar a Jesús Señor sino es por el Espíritu Santo (1 Cor. 12:13). Por medio de la Escritura, que es la revelación especial de Dios, la Palabra de Dios, podemos comprender lo que Dios exige de nosotros, en pocas palabras: que temamos al Señor nuestro Dios, que andemos en todos sus caminos, que lo amemos, que lo sirvamos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma, y que guardemos todos sus mandamientos y estatutos que Él nos ordena (Deu. 10:12-13).

Enseñanza Ilustrada

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