La Catolicidad como principio Bautista ¿Son los bautistas 'católicos'?
Razón del cuestionamiento
A razón de haber escuchado un sermón de un pastor al que respeto mucho, Carlos Cruz Moya, decidí escribir este pequeño artículo, explicando un poco sobre la catolicidad de la iglesia en las congregaciones bautistas, y el hecho de que los bautistas sí nos consideramos católicos, al igual que todas las iglesias protestantes de raíz histórica (obviamente no se consideran protestantes históricas las pseudo iglesias evangélicas de la actualidad).
El sermón del que hablo se llama 'Catolicidad, Reforma y Navidad', Moya menciona una de las aparentes diferencias que hay entre los presbiterianos y los bautistas «reformados», y según él, es que los presbiterianos abrazan la catolicidad. Cuando escuché este sermón la primera vez, me quedé un poco sorprendido, puesto que ya estaba acostumbrado —como bautista, cabe destacar— a llamarme católico, y a comprender el concepto de la catolicidad de la iglesia, y abrazarlo. Según lo que explica Moya, la catolicidad de los presbiterianos se basa en no rechazar la tradición de la iglesia y no creer en el vacío histórico. Esto también me sorprendió, pues como bautista, tampoco rechazo la tradición de la iglesia, y tampoco creo en el vacío histórico (cosa que sería irracional). Así que, luego de reflexionar un poco al respecto, me vi en la necesidad de escribir un poco sobre el concepto de catolicidad en la historia de la iglesia protestante, y más enfáticamente en la iglesia bautista.
Primero que nada, quiero dejar bien claro desde el comienzo que los bautistas sí somos católicos. Nosotros no rechazamos el concepto de la catolicidad. Los bautistas particulares siempre hemos sido confesionales, y desde los comienzos de nuestra historia hemos reconocido los credos históricos de la iglesia. Junto con los obispos reunidos en Nicea y posteriormente en Constantinopla confesamos que creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. La segunda confesión bautista de Londres declara lo siguiente:
«La iglesia católica o universal, que (con respecto a la obra interna del Espíritu y la verdad de la gracia) puede llamarse invisible, se compone del número completo de los electos que han sido, son o serán reunidos en uno bajo Cristo, su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de aquel que llena todo en todos».
De este modo, queda claro que nosotros siempre nos hemos considerado católicos, y nunca hemos rechazado las tradiciones de la iglesia, sino que, al igual que los protestantes históricos, tomamos la tradición y la examinamos a la luz de las Escrituras, que es nuestra norma y autoridad final de fe y conducta.
John L. Dagg
¿Qué enseñan los bautistas en cuanto a la Catolicidad de la Iglesia?
Veamos lo que el bautista John L. Dagg —el primer teólogo sistemático bautista— enseña sobre la catolicidad de la iglesia en su Tratado sobre el Orden Eclesiástico:
«La iglesia universal es el conjunto de los salvados por Cristo.
Si el término iglesia se usa en las Escrituras para denotar todo el cuerpo de los discípulos de Cristo, es simplemente una cuestión sobre los hechos. Si lo considerásemos como una cuestión etimológica, podríamos dudar de que una palabra, que siempre nos asegura una asamblea, pudiera usarse para denotar un cuerpo que nunca se ha reunido en la tierra desde el tiempo de la primera persecución, que dispersó a los discípulos de Jerusalén. Pero puede existir alguna razón para tal aplicación del término; y, si averiguamos el hecho de que se aplica así, la razón de este uso peculiar se convertirá después en un tema apropiado de investigación.
Los siguientes son ejemplos en los que la palabra se usa con este amplio significado: "Le dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia". (1) "A él sea gloria en la iglesia por Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos". (2) Si alguien intenta interpretar estos pasajes y otros similares, suponiendo que el término iglesia siempre denota un cuerpo de cristianos reunidos en un lugar -como la iglesia de Roma, de Corinto o de Éfeso-, se convencerá plenamente de que la interpretación es inadmisible. En algunos de los pasajes, la extensión del término a todo el cuerpo de creyentes es perfectamente evidente. En otros, aunque no es tan evidente que se refiera a todo el cuerpo, este significado armoniza perfectamente con el uso del término, el contexto y el alcance del pasaje».
En pos de esto, Dagg continúa más adelante:
«En este estado de cosas que hemos contemplado, la iglesia universal incluye a todas las iglesias locales; pero no las incluye como organizaciones. Hemos notado antes que los miembros de la iglesia universal son cristianos individuales, y no iglesias locales. Además, todas las iglesias locales tomadas en conjunto no constituyen la iglesia universal, pues ésta incluye tanto a los santos del cielo como a los de la tierra. Además, puede haber santos en la tierra, como el eunuco etíope, que pertenecen a la familia de los santos y todavía no han sido recibidos en ninguna iglesia local».
De este modo, vemos un concepto muy profundo sobre la catolicidad en la teología sistemática bautista particular de la historia. La iglesia invisible es la iglesia católica, y por esto, los bautistas aceptamos la catolicidad de la iglesia. Algunos piensan que si no hay una unidad visible, entonces la iglesia no es católica. Lo cierto es que lo que hace que la iglesia sea católica no es su unidad visible, sino la invisible. Pese a esto, la acusación que se hace contra las iglesias bautistas (a saber, que no procuran la unidad visible) es falsa. Los bautistas buscamos la unidad entre iglesias, y procuramos unirnos en convenciones y sociedades, mismo que en las iglesias reformadas es llamado 'sínodos' o 'clasis'. De manera que los bautistas sí aceptamos la catolicidad de la iglesia, sí somos católicos, y sí procuramos la unidad visible de la iglesia.
Los bautistas siempre hemos aceptado las marcas de la iglesia: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad, y así lo establecen Millard Erickson y James Leo Garret (ambos bautistas) en sus respectivas teologías sistemáticas. Si bien existen algunos grupos de bautistas sectarios (como en toda denominación), la mayoría de bautistas —y sobre todo los bautistas particulares— aceptamos y defendemos la catolicidad de la iglesia a capa y espada. Yo mismo, antes de decirme bautista, prefiero llamarme católico evangélico, siguiendo la tradición de los reformadores, que no quisieron desprenderse del nombre católico, sino reformarlo. Para finalizar, termino con una cita de san Paciano de Barcelona, muy conocida, y que muchos protestantes hoy deberíamos afirmar:
«Mi nombre es cristiano y católico mi apellido».
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