Los Evangélicos y los Padres de la Iglesia ¿Cómo estudian los protestantes la tradición de los santos padres?


Antes de comenzar a hablar sobre el respeto que los protestantes tenemos por los padres de la iglesia y por la tradición, quiero dejar claro qué es en realidad una iglesia protestante. Muchas veces, las iglesias romanas ven a los evangélicos con desprecio, pero esto se debe a la ignorancia de comprender qué grupos son verdaderamente evangélicos, y qué grupos son sectas que salen de los evangélicos. Es más, en gran cantidad de oportunidades he visto cómo algunos católicos romanos llaman evangélicos a cualquier mormón o testigo de Jehová, lo que solo refleja la ignorancia tan grande que hay en cuanto al evangelicalismo.

Primero que nada, toda iglesia evangélica verdadera comparte con las tradiciones romanas que Jesús es Dios, y por supuesto, confiesan simultáneamente los credos universales de la iglesia: El credo apostólico y el credo nicenoconstantinopolitano. Todas las iglesias que se profesan cristianas comparten estos credos, y los evangélicos también. Toda tradición evangélica, sean bautistas, presbiterianos, luteranos, metodistas, episcopales y hasta pentecostales, confesamos estos credos universales. Además, todos confesamos que Jesús es Dios; que el único y verdadero Dios existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; y creemos en la cristología bíblica y apostólica, defendida en los concilios de Éfeso y Calcedonia.

Las iglesias que se digan 'evangélicas', pero que no confiesen nada de lo anteriormente mencionado, no son evangélicas, son simplemente congregaciones de personas que se reúnen sin profesar ninguna confesión, cosa que a mí me parece aberrante e irracional. Toda iglesia que se digne a serlo debe confesar su fe, y tener sus doctrinas bien establecidas, de otro modo, tal 'iglesia' solo se convierte en un circo gnóstico, llevado por todo viento de doctrina.

En nuestros tiempos, un gran número de personas se dicen a sí mismos 'evangélicos', sin siquiera conocer nada sobre la tradición evangélica, que es en esencia la misma tradición protestante. Algunos argumentan que evangélico no es lo mismo que protestante. Sin embargo, todos los protestantes, desde sus inicios, se llamaron evangélicos. Daniel Tossanus (Heidelberg, 1584), el teólogo reformado francés, dijo en uno de sus escritos: «Otros nos llaman calvinistas, pero nosotros somos la iglesia católica evangélica». De manera que lo que hoy algunos toman como una contradicción de términos (católico y evangélico), en el pasado, los reformadores lo tenían por su escudo.

Ahora bien, yendo al grano ¿Cómo toma un protestante los textos patrísticos y escritos de los santos padres de la iglesia? Pues, del mismo modo que tomamos cualquier otro escrito diferente de la Biblia, pero con ligero más respeto. El evangélico no rechaza y no debe rechazar los escritos de los padres, más bien, él los toma, los analiza a la luz de las Escrituras, y toma lo correcto, y desecha lo incorrecto. Algunos católicos romanos y ortodoxos nos acusan de orgullosos y soberbios, y nos dice: «¿Cómo te atreves a decir que los santos padres se equivocaron?», queridos amigos ¿Acaso los mismos padres no aceptaron que podían equivocarse, y que no eran infalibles? Cito a san Ignacio de Antioquía:

«No os doy órdenes como Pedro y Pablo. Aquéllos eran Apóstoles; yo soy un condenado; aquéllos, libres; yo, hasta ahora, un esclavo».

De este modo ¿Cómo podríamos ser soberbios los evangélicos por hacer algo lógico? Los padres de la iglesia no son, ni fueron infalibles, y la tradición tampoco lo es, no hay posibilidad de que lo sea, pues jamás se garantizó eso, ni en los primeros siglos del cristianismo, y mucho menos en la Biblia. Los evangélicos guardamos las tradiciones, pero las tradiciones apostólicas y fieles a la Palabra de Dios. Si bien estimamos la tradición de la iglesia, jamás la estimaremos al mismo nivel de la tradición apostólica expuesta en las páginas de la Sagrada Escritura. San Pablo dijo: «Os alabo porque en todo os acordáis de mí y guardáis las tradiciones con firmeza, tal como yo os las entregué». De manera que nosotros sí guardamos las tradiciones que los apóstoles nos entregaron. Las tradiciones de la iglesia, por otro lado, si bien las estimamos, no las tenemos por infalibles, y por ende tomamos lo correcto y desechamos lo incorrecto. Así de simple.

San Pablo vuelve a decir: «Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra», esta palabra 'doctrina' proviene del griego 'paradósis', que significa literalmente tradiciones. De manera que nosotros, los evangélicos, sí guardamos las tradiciones de los apóstoles y de la iglesia. Sin embargo, y vuelvo a recalcarlo, conservamos lo transmitido de la iglesia falible lo correcto, lo sano y lo confirmado por las Sagradas Escrituras, como dijo el mismo san Cirilo, obispo de Jerusalén: «Ni siquiera a mí que te estoy diciendo estas cosas, me prestes asentimiento sin más, si no te demuestro con la divina Escritura las verdades que se te anuncian. Que esta salvación propia de nuestra fe no proviene de la verborrea, sino de la demostración que se sustenta en la divina Escritura». De este modo, se ha expuesto la manera en la que un protestante observa los escritos patrísticos. Evidentemente, con alta estima, pero siempre por lo que son, escritos de hombres, que hacían teología, estudiaban las Escrituras, pero con falibilidad y capacidad para equivocarse. De manera que, nosotros defendemos incluso que nuestra forma de estudiar a los padres es la correcta, pues ellos mismos lo hicieron así.

Por último, quiero dejar la declaración de que la Escritura es suficiente para exponer la verdad, según lo dijo san Atanasio: «Porque, aunque las Sagradas Escrituras inspiradas son suficientes para declarar la verdad…»