Ad Code

Responsive Advertisement

Presuposiciones y Premisas en el estudio de la Teología

 Presuposiciones y Premisas en el estudio de la Teología Sistemática


    Por otro lado, todo nuestro estudio de teología comienza con premisas y presuposiciones. Sin embargo, existe cierto tipo de presuposiciones y premisas incorrectas que por lo general la gente del mundo trae. En la filosofía mundana suele escucharse que la Biblia no es verdad y que Dios no es cognoscible[i]. Otros teólogos liberales piensan que la Biblia contiene verdad, pero que ella no es toda la verdad; ellos dicen que la Biblia contiene la Palabra de Dios, mas que no es toda la Palabra de Dios[ii]. Asimismo, otros vienen con presuposiciones escépticas, tales como la duda hacia todo lo sobrenatural y metafísico; otros, asumen que no existe una verdad objetiva, sino que todo es subjetivo[iii].

Este tipo de presuposiciones y premisas solo buscan invalidar la verdad de la Palabra de Dios. La Biblia nos enseña: (1) Que Dios es cognoscible, Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y divinidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa (Ro 1:20). (2) Que Dios se ha revelado, porque lo que de Dios se conoce es manifiesto entre ellos, pues Dios se lo manifestó (Ro 1:19). (3) La Biblia es la Palabra de Dios, y todo lo escrito en ella es verdad, pues las Escrituras no pueden ser quebrantadas (Jn 10:35), son inspiradas por Dios (2 Ti 3:16-17; 2 P 1:19-21), que son Palabras de Dios (2 Ts 2:15; 1 Ts 2:13), que la Palabra de Dios es verdadera (Sal 119:86a, 142b, 160), y que no se equivoca (Pr 30:5-6). Es, por tanto, la Biblia, toda la verdad. Al ser la Palabra de Dios, ella no puede equivocarse, pues es completamente verdadera. Cuando Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6), estaba también afirmando que la Biblia es verdad. Al ser la Biblia llamada «Palabra de Dios», y al ser Jesús la Palabra de Dios encarnada, esto es, el λóγος, el verbo de Dios, queda claro que la afirmación de Cristo nos deja ver que toda la Palabra de Dios es verdadera, eso incluye implícitamente a las Sagradas Escrituras.

Cualquier presuposición que vaya en contra de la verdad de la Palabra debe ser rechazada, o en palabras de un teólogo: «Cualquier enseñanza que no encuadre con las escrituras debe ser desechada, aunque haga llover milagros todos los días»[iv]. La Biblia es la verdad, en ella no hay engaño. Charles Spurgeon dijo: «¿Qué puede hacer el marinero sin la brújula? ¿Y qué puede hacer el cristiano sin la Biblia? Es ésta la carta infalible, el mapa en que están registrados todos los bancos de arena»[v]. Se hace necesario, pues, que determinemos desechar toda presuposición de nuestra mente que anule las verdades de la Palabra de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Co 10:5). Sobre esto, Calvino comentó: «debemos renunciar a nuestro propio entendimiento y renunciar a la sabiduría de la carne, y así debemos presentar nuestras mentes a Cristo vacías para que él las llene»[vi]. De manera que nuestro deber al venir a la Palabra, y al venir a Cristo, es renunciar a nuestras presuposiciones falsas.

Sin embargo, y a pesar de todo esto, existen algunas presuposiciones y premisas válidas que todo creyente debería tener al sumergirse en las páginas de la Escritura. Una de ellas es, por supuesto, reconocer el hecho de su inspiración divina. Al comprender y entender que la Biblia es fruto del poder de Dios, y que Dios utilizó hombres para dejar por escrito su Palabra, es una presuposición sumamente válida que debemos tener al estudiar la Biblia. Asimismo, una premisa importante es la que reconoce la inerrancia y la infalibilidad de la Biblia. Estos dos puntos serán tocados cuando hablemos de la revelación de Dios y la Escritura.

Queda claro, pues, que las premisas y presuposiciones que buscan invalidar la autoridad de la Escritura deben ser desechadas, pero las que se someten a su autoridad y reconocen su poder divino deben ser abrazadas. A pesar de esto, debemos entender que las personas siempre tendrán sus prejuicios contra la verdad de Dios; incluso, dentro de los mismos sectores ‘evangélicos’, las personas tenderán a rechazar las verdades bíblicas, cambiando la verdad por la mentira, y creyendo a las falsas ideologías y filosofías modernas. ¿Por qué si la Biblia demuestra con tanta claridad ser la Palabra de Dios, tantas personas la niegan? Johannes G. Vos dijo:

Porque el corazón humano pecaminoso está fuertemente prejuiciado en contra de Dios y de la verdad de Dios. Las evidencias ordinarias son suficientes para convencer al indagador neutral y sin prejuicios de que la Biblia es la Palabra de Dios. No obstante, lo cierto es que no existen indagadores neutrales y sin prejuicios. Toda la raza humana ha caído en el pecado; el corazón humano está en tinieblas; el hombre ‘natural’ se encuentra apoderado por prejuicios tremendos que le impiden aceptar la Biblia como la Palabra de Dios. Fuera de la obra especial del Espíritu Santo en el corazón del hombre, no habría un solo creyente verdadero en todo el mundo[vii].

De modo que, al leer este excelente comentario, deberíamos comprender el hecho de que siempre habrá detractores de la Biblia. Eso no debe preocuparnos, más bien, agradezcamos a Dios y a Cristo, por habernos revelado al Padre, y roguémosle por la vida de aquellos hombres, para que, si es su voluntad, pueda concederles el arrepentirse.



[i] Nota At.: Parte de la filosofía kantiana está en que Dios no puede conocerse y que la Biblia no es la Palabra de Dios, como también creía Albert Einstein

[ii] Nota At.: El movimiento neoortodoxo de Karl Barth se caracterizó por las afirmaciones de esta clase

[iii] Nota At.: Esta idea parte del subjetivismo filosófico de personajes como el existencialista J.P. Sartre, el neokantiano Hermann Cohen, entre otros

[iv] Nota At.: Algunos atribuyen la frase a Lutero, sin embargo, nunca conseguí una fuente que lo demuestre en verdad

[v] Charles Spurgeon, Lecturas Matutinas, 1 de septiembre, Confiando en Dios que todo lo ve (Editorial CLIE)

[vi] Juan Calvino, Comentario Bíblico, Nuevo Testamento, 2 Corintios 10:5 (Traducción por Jonas Jones)

[vii] Johannes G. Vos, Comentario al Catecismo Mayor de Westminster, Pregunta 4.15 (P&R Publishing, obra sin traducir)

Fuente: Teología Sistemática. Católica, Evangélica y Reformada. Una Visión Reformada para Latinoamérica - Mauricio Madriz (obra no publicada aún)

Publicar un comentario

0 Comentarios